Habemus Papam: Con Dios, Todas las cosas son posibles
¡Fue un momento que nunca olvidaré!
El 9 de mayo de 2025, viajaba de Omaha de regreso a la Diócesis de Joliet después de asistir a la instalación de mi compañero de clase y amigo como nuevo Arzobispo de la Arquidiócesis de Omaha. Estaba pegado a mi teléfono, viendo cómo salía humo blanco de la chimenea de la Basílica de San Pedro en Roma.
Mientras hacía cola para la seguridad de la TSA en el aeropuerto de Omaha, una mujer delante de mí me preguntó: "Obispo, ¿cree que esta vez podríamos tener un papa estadounidense?" Rápidamente respondí: "No, eso es imposible".
Luego coloqué mi equipaje de mano y mi teléfono en la cinta transportadora, pasé por el detector de metales, volví a ponerme el cinturón y recuperé mi teléfono, solo para ver las noticias de que lo imposible acababa de suceder. Teniamos un nuevo Papa, nacido y criado en los Estados Unidos... ¡Papa León XIV! Ese momento me solidificó que el Espíritu Santo todavía está a cargo de nuestra Iglesia. De hecho, para Dios, todas las cosas son posibles (Mateo 19:26).
Mi vuelo de regreso a casa fue uno lleno de alegría y curiosidad por este nuevo papa mientras los pasajeros a mi alrededor preguntaban: "¿Lo conoces?" La respuesta corta es: "Sí, lo conozco". Aunque yo soy doce años menor que él, en realidad crecimos en el mismo barrio en los suburbios del sur de Chicago. Él vivía en Dolton, y yo me crié al lado en South Holland, e incluso compartimos una pizzería favorita.
Tuve el privilegio de conocer al Papa León XIV cuando todavía era el cardenal Robert Prevost. El 7 de agosto de 2024, vino a nuestra diócesis para hablar en la parroquia de San Judas en New Lenox. Asistí a su conferencia, que se centró en la Iglesia Católica y el Papa Francisco. Lo que más me impresionó fue la claridad con la que hablaba: era a la vez profundamente inteligente y notablemente pastoral. Sus ideas no se escondían detrás de la jerga académica. En cambio, se hablaron con claridad y de corazón, tomando conceptos complejos y haciéndolos comprensibles para todos.
Después de su charla, todavía recuerdo que me dijo: "¿Podemos tener cinco minutos a solas para hablar?" Nuestra conversación duró más de quince minutos, solo nosotros dos. Me conmovió su calidez y atención. No estaba apurado ni distraído, estaba presente. Y cuando terminamos nuestra conversación, me entregó su tarjeta y me dijo: "Si alguna vez necesitas hablar, simplemente llama". Ese tipo de humilde apertura dejó una impresión duradera.
Además de preguntar si conozco a nuestro nuevo Santo Padre, la otra pregunta más común que he recibido es: "¿Qué tipo de Papa crees que será?" Esa respuesta se revelará en los próximos años. Sin embargo, después de saludar al mundo con las palabras "La paz esté con ustedes", ha continuado predicando sobre la importancia absoluta de cultivar una relación personal con Jesús. Al tiempo que ha enfatizado la necesidad de justicia y paz para todas las personas, también ha insistido en que sin fe, la vida carece de sentido.
Durante su Misa de tomar posesión, el Papa León XIV ofreció una poderosa homilía centrada en la unidad, el amor y el
servicio humilde. Él dijo: "Vengo a ustedes como un hermano, que desea ser el siervo de su fe y de su alegría, caminando
con ustedes por el camino del amor de Dios, porque él quiere que todos estemos unidos en una sola familia". Insistió
a la Iglesia a ser un "pequeño fermento de unidad" en un mundo dividido, llamándonos a caminar juntos como
instrumentos de sanación, esperanza y reconciliación, para fomentar el diálogo dentro y fuera de la Iglesia.
Hasta ahora, parece que el Papa León XIV, formado por la tradición agustiniana y moldeado por sus experiencias misioneras, desea fuertemente ser un constructor de puentes, animándonos a todos a derribar los muros de división y vivir como un solo cuerpo en Cristo.
En una última nota más ligera, pero conmovedora, a pesar de que él creció como fanático de los Sox y yo soy fanático de los Cachorros, es una alegría recordar que ambos jugamos en el mismo equipo: ¡trabajando juntos por Cristo y por la Iglesia!
Así que, dando gracias a Dios por nuestro nuevo Santo Padre, por favor únase a mí en oración, pidiéndole al Espíritu Santo que guíe, proteja y fortalezca al Papa León XIV.
¡Habemus papam! Y que Dios lo bendiga siempre.